«Había un sueño que era Roma. Y se hará realidad»
Gladiator (2000) es una película de acción dirigida por Ridley Scott, y protagonizada por Russel Crowe y Joaquin Phoenix. Cabe destacar que Hans Zimmer fue el encargado de dar música a este filme, componiendo una de las bandas sonoras más recordadas de la década de los dos mil.
Si uno piensa en Gladiator, seguramente recordará una película cargada de acción, imprecisiones históricas y errores de rácord que llegan a ser hilarantes para los cinéfilos más meticulosos, pero la pregunta que recorrerá nuestra tesis será de otra índole: ¿qué es la libertad para nuestro personaje-gladiador?
El filósofo Isaiah Berlin presenta una dicotomía en su libro “Dos conceptos de libertad”, donde explica que existe una libertad positiva y otra negativa (no entendiendo éstas como valoraciones cualitativas). Para Berlin, la libertad positiva exige que haya una cierta autonomía y/o existencia de materiales que te permitan hacer uso de tu voluntad; en cambio, la libertad negativa exige que no haya impedimentos a la hora de hacer uso de ésta. Si bien esta propuesta puede ser más o menos cuestionada a día de hoy, me basaré en mi propia interpretación de cómo operan ambas libertades en Gladiator.
Máximo pasa de ser general a esclavo, y es aquí realmente donde empieza el recorrido de nuestro héroe, desde este punto se nos hace evidente a los espectadores que nuestro héroe necesita romper las cadenas de su esclavitud para ser libre. Hablamos, a ojos del filósofo, de una libertad positiva, donde necesitas autonomía o ciertos recursos materiales (dinero, estamento, clase, etc.) para ejercer tu voluntad. Estas entidades materiales son necesarias para no llevar una vida de servidumbre, pues si no se dispone de autonomía, no se puede realizar la voluntad.

«Me llamo Máximo Décimo Meridio, comandante de los Ejércitos del Norte, general de las Legiones Félix, leal servidor del verdadero emperador Marco Aurelio, padre de un hijo asesinado, marido de una mujer asesinada, y alcanzaré mi venganza en esta vida o en la otra».
El final de esta cita esclarece la libertad frente a algo, o en palabras de Berlin, se nos presenta la libertad negativa. Podemos entender que, mientras no haya venganza, no habrá libertad. La venganza es el fin de nuestro protagonista (impulsada por el asesinato de su esposa e hijo). Máximo necesita saciar ese impulso que se opone directamente a su libertad. Él no será libre mientras haya algo que le encarcele, es esclavo de su propia necesidad.
En una de las últimas secuencias del filme, nuestro protagonista se encuentra entre la vida y la muerte: en el coliseo, y tocando el trigo de los campos elíseos. Llegado su final, Máximo ejerce de autonomía para reunir de nuevo a sus tropas y mandar un mensaje «Había un sueño que era Roma. Y se hará realidad». Máximo logra alcanzar la libertad positiva. De la misma forma, al asesinar a Cómodo ya no tiene necesidad de venganza; es decir, es libre de sí mismo porque no hay nada que le impida ejercer su voluntad. Máximo logra alcanzar la libertad negativa.
«Ahora somos libres».
Una vez analizado cómo operan ambas libertades en Gladiator, podemos recurrir a la dialéctica del amo y el esclavo postulada por Hegel para preguntarnos si Máximo realmente es libre. De manera resumida, el filósofo alemán viene a decir que toda consciencia busca consumir un objeto externo para realizarse. De esta manera, entendemos que, si Máximo hubiera seguido vivo, se le habrían presentado otros deseos. ¿Habría sido entonces libre? En base a esta lógica, seguramente no, pues la libertad negativa no dejaría de aparecérsele con nuevas necesidades, haciéndole esclavo de sí mismo para siempre.
¿Es la libertad la llave para la paz individual?
Si seguimos en esta línea, uno puede pensar que Máximo sólo puede alcanzar la libertad absoluta en la muerte, porque el humano está destinado a ser esclavo de sí mismo mientras vive, y, por lo tanto, nunca estará en paz. Así, concluimos que sólo se alcanzará la paz cuando no tengamos necesidades, y que este estado no puede darse en vida. Después de todo su viaje, y tras su muerte, Máximo pasa de ser esclavo, a ser libre.
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