Hoy vamos a hablar de ¿qué?, ese pronombre con el que respondemos muchas preguntas, y aprenderemos las diferencias que hay cuando se usa en lenguaje culto y cuando se usa en lenguaje coloquial. Además, hablaremos de ¿lo qué?
Qué es un pronombre interrogativo o exclamativo que se emplea en preguntas o exclamaciones directas e indirectas para referirse siempre a cosas.
¿Qué haces aquí?
¡Qué feliz soy!
No sabe qué clase de persona eres.
Es difícil saber a qué nos enfrentamos.
¿Cómo se usa qué en el lenguaje culto?
En la forma culta, las preguntas del tipo ¿te cuento una cosa? pueden responderse con el pronombre qué en solitario.
—¿Te cuento una cosa?
—¿Qué?
¿Cómo se usa qué en el lenguaje coloquial?
En el lenguaje coloquial, es habitual, en estos casos, anteponer el artículo el al pronombre qué. Esta construcción se emplea porque así el receptor cree que el emisor va a saber que ha entendido la pregunta.
—¿Me prestas un lápiz?
—¿El qué? [ =¿qué te tengo que prestar?].
—Un lápiz.
En cambio, si el hablante responde solo ¿qué?, el interlocutor puede pensar que no ha comprendido o escuchado lo que ha dicho.
—¿Me prestas un lápiz?
—¿Qué? [= ¿qué dices?].
—Que si me prestas un lápiz.
Debemos recordar que la pregunta ¿el qué? solo se emplea en el lenguaje coloquial; aunque lo ideal es decir ¿qué? Cuando escribimos, debemos usar siempre el pronombre interrogativo ¿qué? en solitario.
¿Lo qué?
Existe otra forma coloquial, considerada regionalismo, que es ¿lo qué? Hay personas que la emplean con el significado de ¿el qué?, pero es incorrecta. Lo puede funcionar como artículo neutro porque puede sustantivar adjetivos y oraciones relativas (lo bueno, lo ideal, lo que ves…) y, también, como pronombre.
—¿Has probado el cocodrilo?
—¿Lo qué?
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Publicado por Lauracorrige
Madrid (1992). Correctora ortotipográfica, se formó en esta labor en Cálamo y Cran por su pasión a los libros, a las palabras y al lenguaje, pasión que intenta transmitir compartiendo lo que ha aprendido y aprende en las redes sociales, donde es conocida como Lauracorrige. Antes de decidir ser correctora profesional, Laura estudió Escritura Creativa y Redacción y Estilo en talleres literarios, durante aquel tiempo, publicó su primer libro («Relatos fantásticos de amor y misterio») con la editorial, ya inexistente, Leibros.com y participó en una antología creada por la editorial titulada «Sueños de letras», con su relato «Culpable por sorteo». Después, quiso seguir su camino y se lanzó a la aventura de la autopublicación. Escribió un segundo libro de cuentos («El extraño secuestro de Lucy Miller y otros relatos») y empezó a trabajar como redactora en Lowpost SL y a colaborar, escribiendo reseñas literarias, en la revista «Culturamas». Más adelante, y tras haberse formado como correctora, Lowpost le ofreció un puesto para revisar los textos que otros colaboradores escribían, trabajo que compaginaba con la escritura de su primera novela, aún inacabada («22, Watling Street»), y con su afán de compartir en las redes consejos que pudieran ayudar a todo el mundo a escribir mejor. Gracias a esto último, tuvo la idea de recopilar todo lo que había aprendido sobre los signos ortográficos y escribió un manual («Los signos de puntuación: La guía definitiva»), Laura dice que en él explica a usar los signos de puntuación como le hubiese gustado que se los explicaran a ella, sin rodeos, con palabras que entienda todo el mundo y con ejemplos claros.
Además de todo esto, trabajó como redactora en el diario independiente «Blasting News», escribiendo noticias de sucesos y deportes, principalmente.
Hoy en día, se dedica a revisar las novelas y cuentos de autores independientes y a escribir su propia novela.
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