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Leer teatro: Eloísa está debajo de un almendro, de Jardiel Poncela

Hablar de teatro es hablar de uno de los géneros literarios menos leídos en la actualidad, al menos en nuestra lengua. No lo digo yo, lo dicen la mayoría de los libreros, y no es porque no tengamos un amplio catálogo de obras maravillosas y grandes dramaturgos, históricos y actuales. Son muchos los lectores que acumulan en su haber lector miles de libros y, si piensan en el total de obras teatrales que forman parte de esa lista, reconocen que son pocas, a veces ni una decena. Hoy me apetecía hablar sobre leer teatro, porque es toda una aventura que creo que no deberíamos olvidar.

José Sanchís Sinisterra nos deja una reflexión muy interesante: “leer un texto teatral consiste en asistir a una representación imaginaria”. Si lo pensamos bien, al leer teatro estamos poniendo la obra en escena en nuestra mente, somos los directores de la misma, la vemos, imaginamos los decorados, el atrezzo, el vestuario.

Tal vez, la mayor dificultad con la que el lector se encuentra a la hora de abordar un texto teatral es la de enfrentarse a las acotaciones, los comentarios descriptivos que aparecen entre paréntesis. Creo que, una vez que se supera esta especie de problema lector, todo fluye y el disfrute de una lectura teatral puede ser exactamente igual que el de una novela, ensayo o un poema. O incluso mayor, ¿por qué no? El teatro leído también es arte, emoción, ficción, sensibilidad…

Quiero hablar ahora de una obra muy conocida que a mí siempre me gusta leer y que he dirigido varias veces con grupos de alumnos adolescentes. Se trata de Eloísa está debajo de un almendro, de Jardiel Poncela (1901- 1952). En su tiempo la obra fue atacada por la crítica; Jardiel Poncela buscó un humor lógico absurdo tal vez demasiado adelantado para una época plagada de casticismo y naturalismo en los textos teatrales.

Dicho esto, os puedo contar que, cada vez que hemos representado en mis clases esta obra de teatro con alumnos jóvenes, las risas durante los ensayos y lecturas han sido de llegar a la lágrima. Las del público inundaban la sala en cada momento. La moraleja social mezclada con la fantasía asombran en una obra de esa época. No olvidemos que Jardiel Poncela murió olvidado, enfermo y sin que su obra llegara a entenderse, ver que jóvenes de hoy disfrutan así de este texto teatral, lo asimilan, interiorizan y entienden, es una gran esperanza. Nos demuestra, una vez más, que no es que el teatro al leerse no guste, es que no se le suele dar una oportunidad.

jardiel poncela
Enrique Jardiel Poncela

Eloísa está debajo de un almendro es una obra corta, con solo tres escenarios, y creo que debería ser lectura obligatoria para alguien que necesite animarse, para alguien que no quiera enfrentarse a un texto triste, que quiera leer algo diferente, fresco, rompedor, irónico, absurdo de forma inteligente. Todos los personajes son entrañables, los más locos y los menos locos.

Os dejo un breve fragmento de uno de los prólogos más divertidos que he leído en mi vida, el de Eloísa está debajo de un almendro. Recordad, se estrenó en Madrid en 1940. Para situarnos: los personajes están en un cine de barrio, en un descanso de la película.

NOVIA.—Tome, madre: un periódico mexicano que me he encontrao esta mañana en el taller. Se lo he guardado a usté porque trae crimen. (Le da el periódico.)
MADRE.—¿Que trae crimen? (Lo coge con ansia.)
NOVIA.—Entero y con tos los detalles.
MADRE.—¡Qué alegría me das! Porque como desde hace una porción de tiempo los periódicos nuestros no traen crímenes, me se va a olvidar el leer. ¿Dónde está el crimen? (Mirando el periódico.) Esto debe de ser… (Leyendo.) «Tranviario mordido por un senador.»
NOVIA.—Eso no es, madre. Ésos son «ecos de sociedá». El crimen está más abajo. Ahí… (Señala con el dedo en el periódico.)
MADRE.—¡Ah, así! Aquí está. (Leyendo.) «Un hombre mata a una mujer sin motivo justificado». (Dejando de leer.) ¡Qué bruto! Mira que matarla sin motivo justificao… (Volviendo a leer.) «El criminal atacando a su víctima. Fotografía tomada por nuestro redaztor gráfico, que llegó al lugar del crimen tres minutos antes de cometerse éste». (Dejando de leer de nuevo.) ¡Lo que debe ser! Y no llegar cuando ya ha pasao to, que nunca se entera una bien de cómo ha ocurrido la cosa… (Se abisma en la lectura del periódico. Los Novios aprovechan para cuchichear através del pasillo. Se oye roncar al Dormido.)

Si te atreves a disfrutarla (con todas sus acotaciones, claro está, y son muchas y muy buenas) y enfrentarte a romper tu comodidad lectora, te dejo un enlace legal. En la biblioteca del colectivo CTVteatro puedes leerla:

Eloísa está debajo de un almendro.

Sinopsis: Mariana y Fernando son jóvenes y están enamorados. Ella ama en él todo lo que tiene de misterioso y de atormentado, pero le desprecia cuando se comporta como un hombre normal; él la ama a ella porque está convencido de que es la clave del misterio que se desarrolla en su casa. Las familias de ambos están unidas y enfrentadas por un crimen del pasado, y ambas familias están tan locas que hacen que las cabras montesas – ésas que se despeñan por cualquier tontería – parezcan animales perfectamente equilibrados. También encontramos un hombre que viaja sin salir de la cama, un asesino de ¿mujeres?, una señora que ha hecho de la excentricidad una forma de vida…

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Comments (

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  1. Marc J. Mellado

    pese a que este autor no es santo de mi devoción, reconozco que le guardo mucho cariño a esta obra. la leí de adolescente y me encantó. abrazos, Azucena!!

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    1. Ladychena

      Sí, la obra es para quererla, Marc.
      Un abrazo grande.

      Le gusta a 1 persona

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