,

LOS QUE SE QUEDAN (2023)

Por Alejandro L.G

 El director y guionista Alexander Payne ya destacó desde los comienzos de su carrera con sus historias como “Election” (1999) o “A propósito de Schmidt” (2002). Ahora, seis años después de la arriesgada “Una vida a lo grande” (2017), película que no llegó a calar en su momento ni al público ni a la crítica, regresa al cine que mejor se le da hacer, y lo hace junto con el actor Paul Giamatti, con quien ya trabajó en “Entre copas” (2004), uno de sus trabajos mejor valorados junto con “Los descendientes” (2011) y “Nebraska” (2013). “Los que se quedan” su octavo largometraje, es una tragicomedia, una especie de road movie navideña que está triunfando entre la crítica y el público y que de momento ya cuenta con unas cuantas nominaciones (en el Festival de Toronto, en los BAFTA y los Globos de Oro), entre los que destaca los dos premios que consiguió en los Globos a la mejor interpretación, tanto masculina como femenina en el apartado de comedia. 

 “Los que se quedan” es una historia de un grupo de perdedores a los que la vida no ha tratado bien. Paul Hunham (Paul Giamatti), un profesor algo difícil, de carácter gruñón y muy estricto, es odiado tanto por alumnos como por compañeros. Este se tiene que quedar durante las Navidades en el colegio donde trabaja (un internado de niños bien en Nueva Inglaterra) para cuidar de un grupo de alumnos, que por diferentes motivos no tienen con quien pasar las fiestas. Entre estos alumnos, se encuentra Angus Tull (Dominic Sessa), un buen estudiante, pero algo rebelde y de conducta problemática, que se tiene que quedar en el centro por un inesperado problema familiar. Para lidiar con este grupo se une Mary (Da’Vine Joy Randolph), la cocinera del centro, que se encuentra en pleno duelo por la muerte reciente de su hijo en la guerra del Vietnam. Los tres actores están geniales en sus papeles, si bien Giamatti se presenta como una buena apuesta en los premios de este año interpretando al cascarrabias profesor Hunham, sus compañeros Sessa y Joy Randoph no se quedan atrás y consiguen unas excelentes actuaciones. 

La película nos transporta a la Navidad de 1970 ya desde los mismos títulos de crédito, incluyendo el logo de la Universal de la época y una muy cuidada ambienta-ción. Alexander Payne nos cuenta una historia, en principio muy sencilla, pero poco a poco descubrimos que trata temas complejos y profundos que invitan a la re-flexión por parte del espectador. Temas como la soledad, el abandono, la pérdida o su crítica a la educación elitista son tratados con enorme sensibilidad, respeto y ternura. Pese a la situación dramática que viven los personajes, el director se en-carga de no cargar demasiado las tintas, manteniendo la historia en un tono dramático muy ligero y evitando el exceso de drama, rompiéndolo, introduciendo dosis de comedia muy bien llevada, y que vuelven a demostrar que, si por algo se caracteriza el cine de Payne, es por saber jugar de forma muy inteligente entre la comedia y el drama, consiguiendo así de una forma sutil, una perfecta armonía, y llevándonos a esa nostalgia tan de moda últimamente, pero que no siempre resulta tan agradable de ver. 

Muy bien realizada y escrita, la película resulta tan conmovedora como ácida, tan divertida como triste, y lo logra sin caer en la sensiblería fácil que se suele encon-trar en las típicas películas de ambiente navideño. Payne nos traslada a los cuentos de Charles Dickens, como su “Cuento de Navidad” o a la archiconocida “¡Qué bello es vivir!” (1946), para retratarnos a un grupo de personas que parece difícil que puedan llegar a entenderse, que incluso llegan a caernos mal, pero poco a poco vamos descubriendo en ellos mucha humanidad. 

El trabajo en la fotografía y decorados es también notable. Tanto el propio centro como el paisaje nevado parecen un personaje más en la historia y consiguen esa sensación de nostalgia y melancolía, y logran capturar la esencia de las vacaciones navideñas, provocando al espectador la sensación de aislamiento e invitando a la reflexión. 

Una feel-good movie navideña, perfecta para esas fechas, que sin pasarse logra desprender mucha humanidad a golpe de una muy buena banda sonora que logra producir muy buen rollo a lo largo de la cinta. 

Nota personal: 8/10.

Recibe nuevo contenido directamente en tu bandeja de entrada.

Deja un comentario

Comments (

2

)

  1. mcorias

    Buenos días, Antonio. Muchísimas gracias por estar ahí, aconsejando y describiendo películas que merecen ser tenidas en cuenta.

    Un saludo

    María Consuelo Orias

    Le gusta a 1 persona

    1. Antonio J. Ramírez Pedrosa

      Muchísimas gracias por tu mensaje, María. En este caso, las reseñas de cine son obra de nuestros compañeros de La Camarilla, a quienes agradecemos infinito que nos compartan su trabajo y su punto de vista de obras actuales y no tan actuales.

      Cuídate mucho.
      Un saludo.

      Me gusta