Cómo ser un buen lector beta

Este post no pretende ser un artículo más sobre lectores beta, cómo encontrarlos, dónde buscarlos, quienes deben ser ni nada de eso, ya que hay mucho contenido así en cientos de webs. Más bien pretendo que tú, que vas a ser lector o lectora beta de una novela, sepas lo que se espera de ti, cómo hacerlo lo mejor posible y cómo lograr que el autor o autora que ha dejado su manuscrito en tus manos no sufra. No que sea feliz, sí, he dicho “que no sufra”.

Esto está escrito desde el punto de vista de alguien que escribe, que ha enviado manuscritos a betas varios y desde el punto de vista de alguien que lee y a la que han pedido ayuda alguna vez y, por lo tanto, también he sido lectora beta.

Primero voy a recordar brevemente en qué consiste ser un lector o lectora beta, por si alguien no lo tiene claro del todo: Es esa persona que lee tu manuscrito antes de que lo autopubliques o envíes a una editorial. Su función es dar su opinión con el fin de mejorar el manuscrito.

Me consta que ahora mismo existen lectores beta profesionales, de hecho, los he visto en varias plataformas de autónomos, y me parece estupendo, pero yo voy a hablar sobre todo de los no profesionalizados.

Ah, mucho ojo a la hora de elegir, conozco casos de manuscritos robados, publicados con otro nombre y cosas horribles. Si eres escritor escoge solo gente de total confianza.

Y ahora sí, lectores beta, vamos con los consejos para ser el mejor beta con el que un escritor jamás se encontró. Ese que siempre recordará y al que agradecerá de por vida haberle dedicado tiempo y ganas.

Piénsalo bien, por favor

Para empezar, si alguien que ha terminado de escribir una novela (o relato, válido también, incluso una sinopsis) te contacta y se atreve a preguntarte si podrías ser su lector beta, piénsalo bien antes de responder. Ten en cuenta que no eres tú el elegido porque sí, al azar, es probable que antes de decidirse a preguntarte haya meditado durante días, semanas y hasta meses si tú podrías ayudarle.

No respondas que sí así alegremente si, por ejemplo, no vas a tener tiempo. Puedes preguntar al autor en cuánto tiempo necesita que termines de leer. No es lo mismo que vayas a tardar un mes que cuatro meses. Piensa que ese escritor tiene sus tiempos, sus planes, sus necesidades. Si el tiempo que te plantea se sale de tus posibilidades (por ejemplo, estás en una época ocupadísima, no podrás y lo sabes) no aceptes. Explícale las razones y te aseguro que el autor lo entenderá y agradecerá tu sinceridad.

Si no te apetece no lo hagas, nada de compromisos

Betear una novela no es un camino de rosas. Requiere tiempo, ganas, implicación, valentía y generosidad.

Puede que el texto que tengas entre tus manos sea bueno, genial, te divierta, pero también puede que no sea lo que esperabas y acabe convirtiéndose en una tarea dura seguir, continuar, no abandonar. Y debes cogerlo cada día que puedas. Imagínate, esto puede pasar hasta apeteciéndote, ¿imaginas si comienzas ya desde el principio sin ganas? Puede ser una tortura.

Si no te apetece, la respuesta para el escritor dependerá de la confianza que tengas con él. Puedes decirle claramente que no es lo que tú sueles leer y que no te ves embarcándote en ese manuscrito, será menos duro escuchar esto que si le dices: «es que no tengo ganas», pero el resultado es el mismo. No generes expectativas que no puedes cumplir.

Cuéntale, habla con él, escríbele a menudo

Estamos ya en ese punto en el que has aceptado leer y comprometerte, es decir, tienes tiempo y te apetece. Sí, es un compromiso con todas las letras.

Recuerda, tienes algo muy valioso en tus manos. En un manuscrito tienes una creación que para ese autor es parte fundamental de su vida. No de su trabajo, que también, digo de su vida con conocimiento de causa. Nadie que no ha escrito algo con el corazón puede entender lo que se siente cuando envías un texto a una persona y no sabes nada de ella en semanas. Nada, cero. Es descorazonador.

Si no le dices nada por la mente del escritor suelen pasar varias ideas, todas malas: “Esto no le gusta”, “está aburrido y no sabe cómo decirlo”, “lo va a abandonar y no me lo dice”, etc. Y encima resulta que tal vez tú estás leyendo, tal vez estés encontrando fragmentos geniales, buenos, incluso disfrutas, pero como no lo dices, no envías reacciones, la otra parte no lo sabe, no se lo imagina. Es tan fácil como, de vez en cuando y durante tu lectura, comentar sencillos detalles: “voy por el capítulo tal y estoy deseando saber qué va a pasar”. O “menudo final el capítulo X, pobre chica”. ¡Yo que sé! Cualquier cosa es mejor que el silencio. Incluso: “no voy a leer en tres días, pero seguiré y te diré”.

Tal vez yo soy un poco exagerada, pero como sé lo que se siente, cuando a mí me envían un texto para que dé mi opinión (aunque se trate de una breve sinopsis), cuento mis plazos. Ejemplo sobre la última sinopsis que recibí: “Lo he leído, me ha gustado, mañana te cuento lo que me parece, así lo leo durante dos días distintos”.

No olvides que tienes un texto que alguien deje en tus manos, por favor, no dejes que suceda. Sí, hay quien cuenta que recibió un mensajes meses después de: «perdona, se me olvidó tu manuscrito». Una puñalada en el pecho duele menos.

Cualquier comentario sirve

No te calles nada. ¿Una frase que no entiendes? Anótalo. ¿Una idea que se repite? Dilo. ¿Palabras repetidas en un párrafo que has visto? Hazlo notar. ¿Algo que te encanta? Dilo también, que no todo sean penas.

Si ves una falta de ortografía señálala, puede que estés salvando un manuscrito, en serio.

Toma notas

Como cualquier comentario sirve lo mejor que puedes hacer es ir tomando notas. Después puedes hablar con el escritor, escribirle un email, o enviarle vario audios, lo que mejor te venga. Si te molestas en ir dejando comentario sobre el manuscrito (en márgenes, o lo has impreso y lo devuelves con comentarios) ya es perfecto. Es lo más útil, así no se te escapa nada. No confíes en tu memoria si es un texto largo, seguro que hay detalles que se te olvidarán, palabra, y será una pena.

No es necesario que

No tienes que explicar cómo mejorarías la trama. Si quieres hacer eso una buena idea es que escribas tu propio libro, o relato, o sinopsis. Un autor no espera este tipo de reacciones, tampoco las valora, solo puedes crear estrés si haces esto.

Es decir, si al final crees que A debería enamorarse de B en lugar de hacerlo de C, pues vaya, mala suerte. Esa no es la historia que has leído. Sí podrías decir algo como que te resulta inverosímil si de verdad te lo parece y argumentar las razones que hacen que no te lo creas. Pero si es porque no te gusta, opinión personal, entonces no hace falta que la cuentes.

Imagina: Oye (spoiler) que yo creo que el hecho de que Romeo y Julieta mueran al final los dos es pasarse. Yo los dejaría vivos. NO. No se trata de esto.

Ser un fan loco no, gracias (fangirlear lo llaman, ¿no?)

Se agradecen los comentarios, he dicho antes que cualquier comentario sirve, y los comentarios sinceros de lo que disfrutas forman parte de ese «todo», pero nadie te envía el manuscrito para que sin parar solo cuentes lo precioso que es todo, lo que te gusta, lo que te enamora cada palabra, sobre todo si no eres capaz de decir lo que está flojeando. El balance es lo mejor, lo dije antes.

«Esto no lo entiendo», dices. Autor responde en su mente: «muchas gracias, voy a darle una vuelta».

«me encanta este diálogo», añades después. Autor piensa: «qué bien, esto me anima a seguir». Pero no termines la lectura y envíes un comentario que se reduzca a eso: «me encantaaa». Que sí, que se agradece, pero todo lo demás también.

Eres importante

Por último, recuerda, eres importante. Muy importante.

Si no eres lector profesional y tienes el manuscrito de alguien es que tu opinión le interesa mucho. ¿No es esto digno de valorar?
Si eres lector profesional y tienes el manuscrito de alguien en tus manos es que ha decidido que, entre todos los profesionales de la escritura que hacen lo mismo que tú, tu trabajo es el que más le gusta, el que más confianza le da, el que prefiere. Repito: ¿No es esto digno de valorar?

Recuerda, amigo mío, amiga mía, lector/a, escritor/a, un manuscrito es un diamante en bruto y tú puedes ayudar a pulirlo o cargártelo si no sabes mimarlo y, sin querer, dinamitas la confianza de un escritor (que en la mayoría de los casos es una confianza frágil porque cuando escribe se desnuda, se abre, muestra su interior, aunque escriba la ficción fantástica más fantástica, esas palabras son parte de su alma).

Si has llegado hasta aquí gracias por leer. ¿Has beteado un texto alguna vez? ¿Cuánto te comprometiste y cuanto cumpliste?

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Comments (

2

)

  1. Cecilia Hahn (@CeciliaHahn7)

    Hola! Muy buen post, justamente estaba buscando información acerca de los lectores beta, mas que nada de los plazos y llegué a tu blog. Hace un mes y medio que envié mi manuscrito a los beta y hasta ahora no tuve ni noticias. Creo que mi error fue por un lado, no poner un plazo y por otro dárselo a amigos, ya que ellos me lo pidieron. Y ahora me da un poco de escozor preguntarles precisamente por lo que dijiste: «Y si les resultó horrible y no lo terminaron o no saben como decirmelo?». Qué dificil ser autor independiente jaja. Creo que voy a buscar algun beta profesional 🙂
    Sí he beteado dos textos y cada uno me llevó mas o menos entre dos semanas y un mes, pero yo iba comentando por partes para que no se juntara todo.

    Saludos y muchos éxitos!

    Le gusta a 1 persona

    1. Ladychena

      ¡Ay, Cecilia, no sabes cómo te entiendo! Bueno, sí que lo sabes, jeje.
      Mucho ánimo con el manuscrito, esperar estas reacciones es terrible, así que espero que pronto alguien te diga algo, sea lo que sea ¡pero que se pronuncien!
      Muchos éxitos también para ti.
      (◔‿◔)

      Me gusta

A %d blogueros les gusta esto: