Quería hoy recomendar una de las últimas novelas que he leído, ya que me ha dejado un regusto dulce y sereno, me ha proporcionado calma al leer y después de hacerlo, y lo bueno hay que compartirlo. La novela es Algo que brilla como el mar, de la autora japonesa Hiromi Kawakami.

La literatura japonesa tiene un sabor especial, una forma de narrar distinta a que imponen los cánones establecidos en la mayoría de las obras occidentales, y Algo que brilla como el mar desprende esa esencia, lo que es magnífico.

En esta novela descubrimos la historia de Midori Edo, un adolescente que tiene una familia diferente y al que le cuesta aceptar la vida que le ha tocado vivir. Vive con su madre y su abuela que lo criaron. Su padre biológico es una figura que aparece y desaparece y, cuando lo hace, incomoda casi siempre. Midori está en esos años en los que uno se prepara para el mundo exterior y empieza a descubrir sus sentimientos y emociones. Hanada es su mejor amigo, un adolescente con una personalidad arrolladora cuyo mayor miedo es desaparecer en la sociedad. El trío lo completa Mizue, la chica que no abandona su mochila, siempre lleva cargados en su espalda todos los diarios que ha escrito en su vida, jamás se separa de ellos.

Con su escritura, la autora nos regala una historia sutil, costumbrista, una historia de días de colegio alternados con primeras inquietudes amorosas y sexuales, y el descubrimiento en la adolescencia de la necesidad del miedo a ser solo alguien más en la cadena del todo. Con Midori descubrimos la importancia de la amistad, esa amistad verdadera que permanece por encima incluso del amor, del enamoramiento.

En especial me han cautivado las imágenes poéticas, sencillas, que son pura poesía en prosa. Desde la belleza de perderse en un templo abandonado, disfrutar de una puesta de sol, del azul del cielo y el mar, hasta la naturalidad de disfrutar de un viaje con un amigo. La belleza de lo simple se hace patente en la narración como solo los autores japoneses saben hacerlo, sin caer en simplismos, afianzando lo real.