Dolores, de noventa años, copia en su cuaderno la palabra améis del libro que le regaló su nieta Esperanza.
Desde el sillón consulta el almanaque de pared. La alegría desborda sus ojos: mañana es domingo: el día en que la joven libra en la comunidad de vecinos. Tanto estudiar para desollarse las manos limpiando escaleras, lamenta.
La anciana abraza Sin apoyo, la novela autopublicada de su nieta. Recuerda aquel domingo, cómo Esperanza hablaba emocionada de la creación de personajes, de otras realidades y otras vidas. Dolores, que apenas sabía juntar las letras, comenzó a garabatear su nombre el lunes.
Además, te invito a descubrir este relato leído por mí en este vídeo de la Asociación de Mujeres Escritoras e Ilustradoras AMEIS:
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