Cae una hoja
y otra
y otra…
Caen con la velocidad
que le otorga su forma
su distancia al suelo
el viento
o el agua de la lluvia
que las empapa.
Cae otra hoja
y con ella
y con todas las demás
el otoño
desnuda
a todos los árboles
de la avenida.
Caen las hojas
al ritmo del tiempo
del olvido
de los susurros
que se convierten en vaho.
Cada vez más expuestas
las ramas,
los nidos
y la luz
sobre las sombras geométricas
de los árboles,
mientras el invierno se acerca.