Relato que escribí en el taller online
de escritura creativa basada en las emociones
que organiza Patricia Moreno Raya.
En este ejercicio, elegíamos una palabra y un miedo.
Yo elegí teléfono y soledad.
En mi anterior trabajo, teníamos un teléfono al que le daba miedo la soledad. Lo llamábamos «el teléfono de guardias».
Este teléfono siempre tenía que ir en el bolsillo de alguien, o en su mochila, o en su bolso.
Le gustaba el movimiento, ir de aquí para allá.
Siempre pensamos que gritaba cuando se sentía solo.
Te gritaba si no le hacías caso.
Te gritaba cuando descansabas en casa o mientras hacías la compra.
A veces, gritaba mientras de duchabas y en algunos otros instantes en los que querrías tirarlo por la ventana.
Pero si lo cogías, se calmaba.
Más tarde descubrimos que más que tener miedo a la soledad, comenzó a desarrollar miedo a que todo marchara bien. Porque él sabía que, si todo iba bien, se quedaría completamente solo.
Por eso, todavía sigo pensando que era ese teléfono el que rompía cosas, a propósito, a las dos de la mañana, mientras nadie miraba.
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