No hallarás mi beso
en estos labios abandonados.
No.
No lo busques en la carne,
no lo busques en tu boca
ni en esta boca
que hace intención de besar.
Ese beso
no será un beso
tal y como los labios lo dan.
Ese beso que deseas,
que deseo,
durará un momento.
Mi beso,
el que ahora te doy,
será eterno,
será tuyo
en tu memoria.
Ahora mírame…
despacio,
más allá de mi boca:
halla el beso en mis ojos.