Siendo tan distintos, los cuatro, siempre os he considerado como un único referente que me unía a un pasado que nunca he vivido: cada una de las historias que me contabais o esa emoción contenida que transmitíais en cada una de las vivencias que hacíais mías.
Son todos los momentos que pasamos juntos, abuelos, lo que ha hecho que tenga una conexión tan grande con ese pasado que, sin conocerlo, siento mío.
Sin darme cuenta, la vida pasa en un suspiro.
Hoy, la esencia de lo que fuisteis amenaza con volverse efímera.
Como si ese nexo con mi realidad quisiera desaparecer con vuestra partida.
Sin embargo, siempre prevalecerá vuestro recuerdo, los valores que me habéis transmitido y las huellas que habéis dejado en mi camino.
Gracias, abuelos.
Gracias a vosotros y a lo que habéis sido,
podré rememorar mi vida
y vivirla en adelante
bajo la inocente mirada de un niño.
Deja una respuesta