El entretenimiento se ha convertido en un consumo excesivo, en modas pasajeras y en beneficios efímeros para contentar al consumidor. Las redes sociales están llenas de estímulos diarios, hasta tal punto, que nos afectan de forma directa a nuestra salud mental.
Durante estos últimos meses donde no he subido ningún artículo, pero sí he focalizado más el trabajo en redes, y he sacado la conclusión de que nos hemos convertido en objetos de consumo, además de consumir a otros por el contenido que crean o por algo que nos beneficia, nos gusta o nos entretiene. Por tanto, encontrar el equilibrio es bastante sacrificado, pues, cuando entras, es muy difícil salir.
Me gusta analizar los comportamientos de los demás y sacar las conclusiones, además, del mío propio. Mantener una actitud crítica es necesario si no queremos perdernos en este mercado literario tan competitivo y, a fin de cuentas, tan diverso. Ya no basta con tan sólo leer y escribir, ahora, debes hacer mil cosas más si quieres que te vean.
No todo el mundo quiere salir en vídeos hablando sobre lecturas, no todo el mundo quiere convertirse en su meme para promocionarse, no todo el mundo quiere aprender sobre marketing digital y aprender a ganar 500.000 euros en dos meses. (Supuestamente, ojalá se pueda).
Y no pasa nada, aunque nos hagan creer que sí.
Las redes sociales, a fin de cuentas, no dejan de ser herramientas de las que puedes salir al igual que entraste. Cambiar la mentalidad y aceptar que no podemos depender exclusivamente de ellas es clave para dar un primer paso, nos pueden favorecer (o no) en cuanto a nuestro trabajo se refiere. No sabemos cómo ha llegado una cuenta a tener un millón de seguidores en pocos meses, como tampoco sabemos por qué otra que tiene quinientos mil seguidores y tiene tan pocas visualizaciones. Asimismo, al igual que ocurre en el mundo literario con las reseñas y sus compras poco éticas, en las redes sociales, hoy todo vale para alcanzar la visibilidad.
Es importante que te preguntes:
- ¿Qué quiero conseguir?
- ¿Hasta dónde quiero llegar?
- ¿Pasaría algo si no consigo con los objetivos?
- ¿Soy capaz de apreciar que, una vez apagamos los aparatos electrónicos, conectamos con el mundo real?
- ¿Me afecta negativamente el alcance y me comparo de forma inmediata con otras cuentas?
Si nos encontramos más tiempo en redes que haciendo otras labores, debemos reajustar nuestro tiempo en las mismas. Asimismo, esta nos lleva directamente a la procrastinación y distracción, no consiguiendo otros objetivos más importantes que el alcance que obtengamos.
Es importante saber que son herramientas, que no podemos estar en todas y no podemos hacer lo mismo que hacen los demás usuarios si no estamos conforme o nos cuesta mucho más.
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