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EXTRAÑA FORMA DE VIDA (2023)

Por Alejandro L.G.

Pedro Almodóvar es uno de nuestros directores más aclamados y admirados internacionalmente. Desde sus primeras películas definió un estilo muy reconocible y personal en el que retrata personajes femeninos, marginados, personas del colectivo LGTBIQ+. Entre sus películas destacan títulos como “Mujeres al borde de un ataque de nervios” con la que dio el salto internacional a Hollywood, “Todo sobre mi madre”, “Hable con ella”, “Volver” y “Dolor y gloria”. Ha tenido varios intentos de rodar una película en inglés y fuera de España, como es el caso de “Julieta” (2016) que finalmente rodó en España y el año pasado firmó el guion de “Manual para mujeres de la limpieza” en la que Cate Blanchett trabajaría como protagonista, pero el año pasado rechazó dirigirla el propio Almodóvar. Entre medias, el director manchego ha vuelto al mundo del cortometraje, formato en el que ha realizado “La voz humana” (2020) con Tilda Swinton y ahora estrena “Extraña forma de vida” (2023) en la que debuta en el género del western, ambos rodados en inglés. Ha sido ganador de 3 premios Goya al mejor director, 2 Globo de Oro y otros 2 Óscar (de 5 nominaciones) y un sinfín de premios.

Hace unos años que el género western ha reaparecido en las pantallas con películas independientes que le han dado una nueva vuelta a los códigos del género y las han enfocado desde ángulos opuestos a los clásicos y a los westerns crepusculares que parecían que iban a ser el adiós del género. Uno de los principales cambios ha sido la de reformular el concepto de masculinidad en films como “First cow” (2019) de Kelly Reichardt, “The rider” (2017) de Chloe Zhao, “El poder del perro” (2021) de Jane Campion o incluso “Brokeback mountain” (2005) de Ang Lee, donde se veía por primera vez una pareja de cowboys homosexuales. Ahora llega la visión, igualmente queer, del manchego, cuya influencia con la de Ang Lee está muy clara, que nos muestra el reencuentro de dos expistoleros. Silva (Pedro Pascal) va en busca de Jake (Ethan Hawke) el sheriff del pueblo, con quien tuvo una corta relación amorosa 25 años atrás. El tiempo les ha cambiado, pero su pasión sigue ahí. Tras un encuentro sexual, a la mañana siguiente Silva le cuenta el verdadero motivo de su encuentro. Almodóvar crea un melodrama en el que refleja el deseo y la pasión de estos dos viejos amigos/amantes, como sólo él sabe hacerlo.

El manchego abandona aquí su universo femenino, el más reconocible en su filmografía, y nos entrega una historia masculina, en el que también tiene películas muy destacables como “La ley del deseo” (1986), “Hable con ella” (2002), “La mala educación”(2004) o “Dolor y gloria” (2019). El director que sorprendió poniendo toda la carne en el asador con los encuentros sexuales entre Antonio Banderas y Eusebio Poncela en “La ley del deseo”, aquí más recatado, utiliza una elipsis para contarnos su fogoso encuentro, para deleitarse en el verdadero motivo de su reencuentro. Aquí demuestra su talento, y nos da un melodrama intenso en el que la pasión y el deseo siguen latentes en el relato. Almodóvar sigue las constantes del género western y sus lugares comunes para darle su personal toque, pero de una forma muy pura y muy clásica.

Para su segundo trabajo en inglés se ha rodeado de una pareja de sobra conocida que ya hemos mencionado antes. Ethan Hawke al que hemos visto en películas como “El reverendo” (2018), “Antes que el diablo sepa que has muerto” (2007) y “Training day” (2001) y Pedro Pascal el hombre de moda tanto en la televisión con “The last of us” (2023), “Mandalorian” (2020), Narcos (2015), como en cine con “Kingsman” (2017). Una pareja de actorazos a los que ha sabido sacarles un muy buen trabajo y demuestra que es un buen director de actores. Y en el apartado técnico sigue con su equipo de siempre, con el que tan buenos resultados le ha dado, en el que destaca tanto en fotografía con José Luis Alcaine, como el buen hacer de Alberto Iglesias, probablemente el mejor músico del cine español, que consigue trasladarnos a ese lejano oeste de los clásicos y, como no, el vestuario en el que participa el diseñador Ives Saint Laurent que crea un vestuario, sobre todo el del personaje de Pascal, para museo.

La película remonta sin duda su anterior trabajo “Madres paralelas” (2021) y hace que como espectador me interese por la vida de esta pareja protagonista, lástima que su duración haga que no se pueda desarrollar más la historia y en algún punto parece incluso resuelto un poco rápido, lo cual no termina de llegar a emociones a las que llega en otros trabajos. Aun así, merece mucho la pena verla, sumergirse y deleitarse con este historia entre dos hombres en medio del desierto.

Nota personal: 7/10.

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