Hoy tenemos una invitada muy especial en nuestro espacio, hoy queremos que conozcáis a mi librera favorita de Madrid, a Laura Velázquez.
La vida, a veces, puede ser maravillosa, como he oído decir tantas veces a Laura, y por esas casualidades que a veces nos regala, en este Cuaderno en Blanco me he encontrado y compartido arte con grandes compañeros, entre ellos la escritora Paqui Ortega. Como bien sabéis, la gente buena se rodea de gente buena, y fue gracias a Paqui que conocí a Laura y su maravilloso saloncito, que es como ella llama a su librería preciosa. La librería Laura Velázquez, situada en Madrid capital, en Puerta del Ángel.
La primera vez que entré en la librería, acompañada por Paqui, me quedé total y absolutamente prendada. El saloncito desprende una limpia energía acogedora, refulgente, cálida; es un lugar que te invita a entrar. Y una vez que cruzas la puerta y conoces a Laura, que te recibe con una sonrisa transparente y sincera, ya no quieres salir de allí.
Rodeada de libros y cosas bonitas he tenido la oportunidad de pasar tiempo con ella en su saloncito, y así fue como decidí proponerle entrevistarla brevemente, porque lo bueno hay que compartirlo. Sentí que todo el mundo debería saber que existe un lugar tan especial en Madrid y una persona como ella. Accedió a que charlásemos sin pensárselo, y aquí os dejo la entrevista para que conozcáis más a Laura y su espacio a través de las palabras. A la entrevista se nos unió también, por otra linda casualidad vital, otra escritora, Marta González Peláez, y hasta se animó a hacer algunas preguntas a Laura. Vamos a ver cómo fue este momento de charla.
¿Cómo te hiciste librera? ¿Cómo sucedió?
Genéticamente, a nivel comercial, siempre he sido una persona con unas dotes determinadas para vender y asesorar a la gente, eso se me da bien y creo que comunicar también se me da bien, y me gusta transmitir, soy muy comunicadora a nivel personal, laboral, en redes sociales… transmito, por lo que sea, y esto lo he llevado al ámbito comercial. El tema de la librería es porque mi padre se ha dedicado al mundo del libro desde que era chiquitita, siempre he visto a mi padre con libros, y digamos que de ahí surge en mí la unión entre libros y comunicar.
¿Cómo es tu día a día en el saloncito?
Todos los días son diferentes (sonríe). Como me gusta lo que hago, mi trabajo es muy placentero y lo vivo con creatividad, con la creatividad consigo que cada día sea distinto del anterior. También es cierto que entran muchas personas en este lugar, estas personas hacen que el lugar cobre más vida y cobre identidades totalmente diferentes. Las personas que entran aquí son las que realmente hacen que todos los días sean distintos…
¿Podrías contarnos cuál es tu mejor anécdota en la librería, tu mejor momento, recuerdo…?
(Vemos a Laura pensar un momento y después nos cuenta esto con una gran sonrisa evocadora)
Como llevo aquí casi veinticinco años, cuando empecé con la librería era una mujer soltera, después me casé y tuve un hijo. Recuerdo que el día que di a luz, mi marido puso en el cierre de la librería una cigüeña con un bebé explicando que la librera había dado a luz y que el espacio permanecía cerrado. Esto me parece algo muy bonito porque yo preferí cerrar que dejar la librería a cargo de otra persona, porque la librería es como si fuera una prolongación de mi vida, de mi espacio, de mi físico, de mi cuerpo. Así que yo la he hecho tanto a mi medida y la he hecho tanto a mi persona que es como si fuera yo, es mi personalidad la que está aquí. Si yo hubiera dejado a otra persona aquí, tal vez esa persona habría cambiado algo de mi plan, objetivo, pasado, presente y futuro en la librería… Por eso preferí cerrar durante mi tiempo de baja maternal hasta que me recuperé y me incorporé. Afortunadamente pude afrontar la situación, que no fue fácil porque para los autónomos no suele serlo, pero lo logré.
Sabemos que en la librería realizas actividades culturales muy a menudo, ¿podrías contarnos cuáles son, en qué consisten?
Aquí se hacen actividades enfocadas sobre todo a promocionar a todos aquellos escritores que son noveles, que no son conocidos. Yo creo que estos autores necesitan un apoyo inmediato de las librerías, creo que las librerías somos ese espacio en el que se debe difundir el mundo del libro y de autores y escritores. Tal vez algunas librerías no enfoquen el concepto de librería así, pero la mía sí, el mío es un espacio en el que se promociona a los escritores noveles. Por ello realizamos todos los sábados Firmas al sol. Cada sábado a las doce tenemos firmas, y es precioso porque mucha gente viene, la gente lee a noveles, la gente lee a escritores que no son conocidos, y a mí eso me parece algo tan maravilloso… No conozco a ninguna otra librería que lo haga y creo que es una de las cosas que hay que fomentar, porque son nuevos escritores que están ahí, que pueden salir a la palestra y que así pueden ser conocidos por otras personas, porque los que ya están ya los conocemos todos.
También tenemos un Club de lectura virtual que realizamos a través de la plataforma meet. Es un club que nació en la pandemia y tenemos incluso una persona que se comunica con nosotros desde México y otra desde Argentina… Al ser virtual es un club de lectura muy amplio, permite que participen personas desde fuera de España. Quiero mantenerlo y además quiero abrir en el espacio un club de lectura presencial con un máximo de seis personas cuando la situación lo permita.
Y en Instagram soy súper activa, hago directos con autores, promociono y presento libros y recomiendo lecturas; algunos libros que he leído y otros de los que me hablan mis lectores, porque evidentemente yo no puedo leer todos los libros, así que recomiendo libros leídos y libros no leídos. En Instagram tenemos una comunidad del saloncito que es preciosa, nos retroalimentamos, nos recomendamos libros unos a otros y es como si fuera este mismo saloncito, pero virtual.
Ya que has mencionado que en esta librería fomentas mucho que se lean autores noveles, quiero preguntarte: ¿cómo percibes tú en el público que acepten leer a autores nóveles, o se quedan con los autores ya más conocidos? ¿Cómo se siente? (Marta)
Hay una diferencia básica entre un libro de un autor novel y un libro de un autor reconocido; el autor conocido se vende solo, muchas veces no hace falta ni venderlo, el cliente directamente viene y dice «quiero este libro de Santiago Posteguillo». Los autores noveles no sois conocidos, requerís más atención, requerís que la librera muestre ese autor novel al futuro lector, al potencial lector. Como yo he leído muchos autores noveles y me encanta mi trabajo, me encanta lo que hago, suelo recomendar autores noveles a los lectores potenciales. Tienes que mostrar el libro, organizar firmas, tienes que invitar a la gente a leer a esos autores, necesitan ayuda. Creo que de verdad necesitamos ayudar a esos autores a que sean conocidos por los lectores. Y respecto a la pregunta de cómo ve la gente a los noveles, te diría que muy bien, en mi espacio es así. La gente a veces necesita cosas diferentes, yo noto aquí que la gente, por lo que sea, bien por mi espacio, bien por cómo soy yo, porque sienten confianza quizás, vienen y leen a autores noveles. Cuando recomiendo un libro de un autor novel les explico por qué deberían leerlo, por qué merece la pena leer a ese escritor, y la gente lo compra por lo que digo, tal vez necesitan cosas distintas, tal vez se cansan de los más conocidos, de lo mismo. ¿Por qué no leer, por ejemplo, a Francisco Gutiérrez? Pues vamos a leer a Francisco Gutiérrez.
Tal vez me distingo de las demás librerías porque hago estas cosas, otras librerías se dejan llevar por lo más fácil y por el hecho de que las editoriales ponen en bandeja a autores conocidos. Yo no dejaría jamás a los noveles por grandes autores, aunque aquí viniesen sin parar grandes autores. Mi trabajo es mucho más difícil y diferente.
A los autores que somos así más chiquititos muchas veces nos da vergüenza o nos da miedo acercarnos a libreras como vosotras, a las librerías de barrio, porque estamos acostumbrados a tener el “no” por delante. Así que, ¿cómo recomiendas tú a un autor o autora que se acerque a vosotros, los libreros, para preguntaros si pueden hacer firmas, o para que los conozcáis? (Marta)
Haciéndolo. Haciéndolo. Con el «no» ya vas. Hay que hacerlo. Más que nada hay que hacerlo para que los libreros y las libreras se den cuenta de que existe gente que escribe que no son conocidos, es la única forma de que sean conscientes. Si te dicen que sí, maravilloso, si te dicen que no, da igual, tú sigue. Hay que mostrarse, que decirlo, hay que mostrar el trabajo que realizas. Mira, yo, como librera de barrio, a veces he intentado traer a mi librería a escritores de renombre, como por ejemplo, no sé, Landero o Julia Navarro, y no me ha contestado nadie. ¡Pero es que no me importa! Si no me contestan no pasa nada. Busco opciones. Hay que seguir insistiendo porque muchas veces si un librero no te hace caso te puede hacer caso otro, hay que seguir. A mí no me han hecho caso estos autores, y yo sigo insistiendo. Y así, por ejemplo, aquí ha venido Inma Chacón, que me contestó… y José Antonio Lucero, él vive en Cádiz, es profesor de historia y vino aquí encantado de la vida, y publica en Grijalbo, una editorial potente. Y hace poco estuvo aquí Julia Quintana, con La casa de las magnolias, ese día vendimos muchísimos libros. Hay escritores que no se dejan llevar por el márquetin de la editorial y van a su aire, pues lo mismo con los libreros, hay libreros que pasarán, pero otros libreros, como puedo ser yo, no pasarán. Tal vez estoy creando tendencia (nos dice entre risas).
Para terminar, esta es una pregunta que solemos hacer a todos los autores que entrevistamos en Un cuaderno en blanco: ¿Qué pregunta te gustaría que te hicieran y qué responderías?
(Laura se recuesta en la butaca, piensa y nos responde, con los ojos brillantes)
Esta pregunta: ¿Te sientes un verso suelto en las librerías actualmente?
Y la respondo: Yo creo que sí, me siento un verso suelto. Veo, ojeo, miro otras librerías y lo que hacen y compruebo que otras librerías de barrio, porque la mía es una librería de barrio, las cosas como son, no hacen las mismas cosas que hago yo. No… no es lo mismo, no veo lo mismo. Así que sí, soy distinta y me considero un verso suelto. Y me encuentro muy bien así.
Muchas gracias, Laura, por tu tiempo y tu buen saber hacer, por crear un lugar mágico para autores y lectores, por tu generosidad y tu forma tan bonita de ver la vida, la literatura y la cultura.
Os invitamos a todos a conocer a Laura, a visitar su saloncito, la podréis encontrar en el Paseo de Extremadura nº 62, en Puerta del Ángel. Os va a recibir con los brazos abiertos y si ese día buscáis recomendación estoy segura de que dará con el libro que necesitáis. Además, os animo a seguirla en Instagram, su cuenta es especial, como ella, espontánea, fresca, llena de directos por sorpresa y buenas recomendaciones literarias y reflexiones.
Y esta es su página web: librerialauravelazquez.com
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