Fui a buscarte entre el bullicio
infinito
de una ciudad frenética
que no percibía el paso del tiempo.
Volví sin ti.
Aún hoy, si cierro los ojos
bajo lluvias ligeras
o en noches iluminadas
por luces anaranjadas
o cuando escucho una lata rodar
tras una patada
incluso en el canto de pájaros
que no conozco…
No sabría describir qué clase de música
habitaba sus calles.
Aún hoy, incluso sin quererlo
puedo verte de nuevo
extendiendo tus brazos,
invitándome a saltar.
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