Cuando te veo,
cuento los segundos
hasta que escucho tu voz.
Eres como una tormenta a lo lejos
con sutiles destellos
que dibujan montañas etéreas
recortando las nubes.
Eres fuego contenido,
luz
y estruendo.
Eres la brisa que percibo
y ese olor a tierra mojada
y esa humedad que siento
y esas gotas frías sobre mi cabeza.
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