Llevo muchísimo tiempo en redes sociales, sin embargo, cuando parece que las controlas, todo cambia de nuevo y la visibilidad se hace un tanto invisible, por no decir del todo. Durante estos últimos meses, he cambiado mi estrategia de forma consecutiva, intentando mantener aquello que me caracteriza, sin embargo, no fue hasta hace muy poquito cuando he llegado a dos mil seguidores. Sé, a ciencia cierta, que esta cifra no es comparable como lo que hay por ahí, pero me siento orgullosa de esto porque al final, quiere decir que lo mío está llegando a gente, está gustando y, sobre todo, aporta.

La última vez que cambié mi estrategia fue hace dos meses como mucho y he llegado a gente nueva, a nuevas colaboraciones, nuevos eventos y más visibilidad sin pagar por publicidad. Soy consciente de que la última herramienta también es imprescindible, sin embargo, ¿hasta qué punto nos beneficia o perjudica? En la entrada de hoy, vamos a hablar del algoritmo en redes sociales, especialmente en Instagram, la red que más manejo actualmente y quiero que conozcas un poco más.

Como sabemos, Instagram se ha convertido en una herramienta esencial para empresas, marcas personales, creadores de contenido y, en nuestro caso, como escritores y/o lectores. No me cansaré de decir que educarnos es imprescindible para saber dónde y cómo nos estamos moviendo. Los algoritmos cambian adaptándose a las tendencias y demandas, el mantenernos actualizados de las últimas novedades nos permitirán adaptar nuestro contenido y/o oferta a demanda del consumidor, sin olvidarnos, por supuesto, de nuestra esencia ya que nuestra esencia, es clave para destacar en un mercado saturado.

Fomentar un engagement auténtico (o, también conocido, como el nivel de compromiso de los consumidores) impulsa interacciones reales. Humanizar tu marca, tomarte tu tiempo para responder e interactuar con otros escritores e incluso, ir más allá y empatizar con tu comunidad, ver el producto con un arraigo a la sensibilidad y al apego emocional, conseguirás establecer relaciones genuinas y, ante todo, duraderas porque ven sus necesidades cumplidas ante tu oferta.

Luego, esta consolidación, se hace día a día con las herramientas disponibles que tengamos, sin olvidarnos de nosotros mismos, ya que es fundamental también, tomarnos descansos creativos porque se puede seguir atrayendo a nuevos lectores sin estar presente siempre en red. La constancia es clave para hacerse visible, pero siempre y cuando, dentro de unos horarios óptimos para nosotros.  

A su vez, publicar regularmente, preguntarnos si el contenido que aportamos es de valor y favorece a la comunidad que estamos construyendo, nos ayuda e incluso, cuando el algoritmo cambia. Es importante que sepas algo: más relevante es el contenido, más interacción tendrá. Que tus lectores se sientan parte de ti y ver que tú respondes a sus planteamientos, generas una continuidad a tu marca y comunidad.

Y, finalmente, gracias a la versatilidad de las redes sociales y a su constante movimiento, puedes analizar y adaptar gracias a las herramientas analíticas en tiempo real ofrecidas por la digitalización. Como te dije anteriormente, no pasa nada si se cambia, en el cambio también hay avance, y en el avance, sigue existiendo la visibilidad.

Soy consciente de que igual, no te puedo estar contando nada nuevo. No obstante, tenemos la capacidad de humanizar un mundo digital y está en nosotros, la autenticidad que nos caracteriza mientras somos fieles a nosotros mismos y a todo lo que llevamos dentro y deseamos compartir con los demás.