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Tus huellas

El suelo, húmedo,
mostraba un lienzo
bajo tus pies.

Te alejabas.

Dejabas
unas huellas tristes
que lloraban
y susurraban tu nombre.

Acaricié esas huellas,
sabiendo que,
como ellas,
no volvería
a acariciar tu piel.

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