Noches eternas que entrelazan
tus manos con las mías,
pies fríos
bajo las sábanas
y abrazos que dan calor a la casa.
Lluvias intensas
que son más hermosas
tras los cristales.
Destellos
y estruendos
que sobresaltan estos sueños ligeros
que nos unen en el sofá.
Otoño en tus ojos
oscuros
bajo la tenue luz
de esta tarde de tormenta.
Precioso poema, Antonio.
Fuerte abrazo.
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Muchísimas gracias por tus palabras. Me alegra leer que te ha gustado 🙂
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